miércoles, 8 de abril de 2015

Deutsche Bahn

Entrando al vagón, halo la palanca para abrir la puerta. No se abre. Trato de empujarla yo misma para que se abra, pero se cierra de golpe. Me le quedo viendo y viene un chico con su bolso y se me queda mirando.
- Cuidado, esta puerta está como mala. ¡Aplasta a la gente!. Yo creo que hay que salir del tren y entr..
- Jajajaja, pasa. - Abriendo la puerta como si fuera super sencilla de abrir y funcionara perfectamente.
- Gracias. - Con pena. No puedo abrir ni una puerta, ok.

Empiezo a buscar puesto, pero todos dicen ''GGF. Reserviert''. No sé qué significa GGF. Por supuesto, la parte de Reserviert está clara para mi. Pero bueno, aprovecho mi nueva ''amistad'' con el chico:
- ¿Sabes qué significa ''GGF Reserviert''?
- Que TAL VEZ está reservado. Tal vez.
- ¿Qué? ¿Y cómo hace uno?. - Con cara de incertidumbre.
- Siéntante donde sea, y si alguien viene reclamando su puesto, te paras.
- Jajaja. Ok. Gracias de nuevo.

En los siguientes 10 minutos, aproveché las ganas de ir al baño para demostrarle al susodicho (sutilmente) que sí tenía la habilidad de abrir las puertas de los vagones, intentando hacerlo con la mayor facilidad que me fuera posible. Cuando llegamos a la estación principal de Berlín, olvidé mis demostraciones de hacía ya 2 horas: la puerta se me cerró en el bolso que cargaba atrás y la puerta sonó estruendosamente BAM.

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